martes, 5 de febrero de 2008

SOS desde Astilleros Nereo

Para aquellos que no lo sepan, les contaré que en Málaga pasé la mayor parte de mi infancia. Allí estudié toda la EGB en un colegio situado en el malagueño barrio de Pedregalejo, un barrio de pescadores lleno de chiringuitos para comer el mejor pescaíto frito de Málaga. No hay nadie en la ciudad que no conozca los boquerones, la rosada, el bienmesabe o los choquitos de “El Tintero”. Es un chiringuito de lo más particular porque allí no viene el camarero a tomar nota a la mesa, sino que se sacan platos y platos de pescaíto y la gente levanta la mano para pedirlos según lo que vayan sacando. Luego hay otro que va por la sala diciendo “¡qué yo cobro!” y en función de los platos que tengas sobre la mesa te hace la cuenta.
Pues allí en el monte más alto de Pedregalejo esta mi colegio, de hecho tiene una estatua del sagrado Corazón en lo alto del tejado que de noche está iluminada, y los marineros de la zona la usaban como referencia por la noche para orientarse, a modo de faro.





Pedregalejo hace 50 años y en lo alto mi colegio, sacado de pedregalejo.es

Mi colegio hoy en día.

Frente a una de las playas de Pedregalejo hay un astillero de ribera llamado Astilleros Nereo. En este astillero, además de la construcción y mantenimiento de las tradicionales barcas jábegas malagueñas, antes dedicadas a la pesca y hoy en día usadas para competición deportiva de remo, se reparan todo tipo de embarcaciones, con especial mimo las de madera como barcos de pesca o buques escuelas de armadas de diferentes países.

foto sacada de http://elmareselcami.blogspot.com/


foto sacada de http://elmareselcami.blogspot.com/


Reparando una jábega en Astilleros Nereo, sacada de http://elmareselcami.blogspot.com/

Regata de jábegas en Málaga, sacado de www.jabega.com

Allí tiene su sede de una escuela-taller de maestros carpinteros y calafates, y hay un pequeño museo dedicado a la construcción naval que mantienen viva esta industria tradicional desarrollada en la zona desde hace centenares de años. Esta actividad ha sido inscrita en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como "Actividad de interés etnológico". Sin embargo, la supervivencia de estas instalaciones no está garantizada; al contrario, las excavadoras están cada vez más cerca.
La lucha que la Plataforma para la Defensa de la Carpintería de Ribera de Astilleros Nereo como Patrimonio Histórico Andaluz mantiene con la Administración desde el año 2003 ha entrado en una nueva fase, ya que hace poco se ha abierto el trámite de información pública previo a la licitación de las obras del plan de remodelación urbanística de la zona, promovido por el Ayuntamiento de Málaga y la Demarcación de Costas del Ministerio de Medio Ambiente. La ejecución de las obras comportaría el derribo y desaparición de este astillero histórico.
Es por eso que desde la Plataforma hacen un llamamiento de ayuda urgente, mediante la presentación de alegaciones en contra de este plan urbanístico que atenta contra el patrimonio histórico. El caso ya está en manos de los tribunales de justicia de Andalucía, pero hace falta asegurar el rasgo presentando cuántas más alegaciones mejor en el plazo de 20 días que marca la ley y que ya deben ser unos cuantos menos.
La dirección donde se tienen que enviar los escritos a la Demarcación de Costas de Málaga es la siguiente:

Dirección General De Puertos Y Costas Delegación Provincial.
Paseo de la Farola 12, 29016 - Málaga.
Tel.:952 211 537

Podéis encontrar más información sobre la situación de Astilleros Nereo aquí:

- Campaña pro Astilleros Nereo
- Foro de "La taberna del puerto"
- Observatorio del Patrimonio Histórico Español
- Adhesión del profesor José Castillo Ruíz

Y si todavía no lo habéis hecho, podéis dejar vuestra firma en la web A flote.

El patrimonio marítimo está gravemente amenazado por la depredación urbanística en todas las costas peninsulares. Ahora tenemos una oportunidad de intentar poner freno. Depende de nosotros.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

El colegio de tu infancia está situado en una hermosa atalaya sobre el Mediterráneo; a sus pies, en una de las playas malagueñas, el inmenso poder del dinero y la especulación, con el amparo de unas administraciones que se olvidan de su obligación ética y legal de velar y servir al interés general, pueden hacer desaparecer una parte de la história y del patrimonio marítimo malagueño: los "Astilleros Nereo".

Desde este acogedor cuaderno de bitácora uno mi apoyo al tuyo (y también al seguro apoyo de las cincuenta ninfas de los mares, hijas de Nereo) para que esa carpintería de ribera pueda seguir existiendo y continúe reparando y construyendo embarcaciones de madera; ojalá sea así.

Mar dijo...

Gracias por el precioso comentario y por tu apoyo Haddock, esperemos que la especulación urbanística no gane esta batalla... de nuevo.

JOSE ANTONIO dijo...

Ojalá la especulación urbanística no acabe con el patrimonio y el trabajo de generaciones.
Ahora es buen momento para presionar a los políticos para que se pronuncien al respecto, ya que estamos cerca de elecciones y así condicionar nuestro voto.
El comentario sobre "El tintero " me ha gustado, como cambian las costumbres dependiendo de las latitudes,...
Un abrazo

Mar dijo...

Hola José Antonio, gracias por pasarte por aqui y fondear un ratito a nuestro lado.
Lo de El Tintero es total! porque todos los platos valen lo mismo, y luego pagas en función del numero de platos que hay en la mesa, además, sino sabes de qué va la historia te llama mucho la atención ver a un camarero gritando de vez en cuando "qué yo cobro".
Al principio el suelo de este chiringuito era de arena de la playa, pero luego tuvieron que darle cemento porque la gente enterraba los platos en la arena para pagar menos... picardía del sur...

Unknown dijo...

Hermosos recuerdos de infancia y juventud vinculados al mar, que me traen a la memoria imágenes del puerto viejo de Tarragona donde aprendí a navegar de niño. En sus muelles amarraban barcas de pesca, las embarcaciones del Club Náutico -uno de los más antiguos de España y con mucha solera- y pequeños barcos mercantes, entre ellos algunos pailebotes, con los mástiles recortados, dedicados al cabotaje. Junto al Náutico, en el barrio de pescadores del Serrallo, construían barcas de madera al aire libre; y unos metros más allá, frente a la lonja donde se subastaba el pescado, las mujeres remendaban las redes puestas a secar al sol. Imágenes habituales en todos los puertos pesqueros y comerciales, hace 30 o 40 años. Nosotros, los imberbes marineritos, aprendices de navegantes, convivíamos con pescadores y gente de mar en un ambiente que, al menos en mi caso, condicionaría mi vocación marinera y mi concepción personal del mar.

Hoy de todo eso no queda nada. La pesca se ha industrializado por completo y ya no es posible pasearse entre las barcas y ver como descargan el pescado. El centenario Club Náutico hace años que fue reubicado y el edificio demolido. Y el puerto viejo, libre de barcos mercantes, se ha convertido en una marina para grandes yates.

Ya sé que los tiempos cambian. Ya sé que la evolución de la pesca y del transporte marítimo ha dejado obsoletos los viejos puertos y que se necesitan nuevas instalaciones portuarias, adecuadas a los modernos sistemas de transporte y distribución de mercancías. Y también sé que muchos puertos industriales eran barreras infranqueables entre las ciudades y el mar. Y que, en muchos casos, albergaban espacios sucios y degradados que pedían una reconversión a gritos. Lo sé y lo admito. Me parece fantástico que las ciudades se abran al mar y que se dé un uso ciudadano a los viejos puertos. Pero… ¿era imprescindible arrasar todo lo anterior?

Lo mismo ocurrió en barrio marinero de la Barceloneta, en Barcelona, a causa de la gran remodelación urbanística que vivió la ciudad con motivo de los Juegos Olímpicos del 92. Ahora ya no es posible comerse un arroz con los pies en la arena porque todos los chiringuitos y pequeños restaurantes que había sobre la playa han desaparecido. Vale, sí, el Port Vell ha quedado precioso, con grandes espacios para uso público y con su marina para yates de lujo, por supuesto. Pero ese ambiente abigarrado, popular y marinero, que hacía de la Barceloneta uno de los barrios con más sabor de Barcelona, ya forma parte del recuerdo. Y muy pronto volverá a pasar lo mismo con la remodelación del muelle de pescadores. Seguro que es necesaria, no digo que no; pero
creo que se deberían conservar aquellos espacios, instalaciones y actividades tradicionales, que constituían la razón de ser y la esencia del barrio, y darles una dimensión cultural, para conocimiento de las futuras generaciones. Cuando la alternativa son centros comerciales y bares musicales, no se si ganamos mucho con el cambio. Ya veremos.

Estamos construyendo ciudades de diseño que cada vez se parecen más unas otras, con centros comerciales clónicos, idénticas franquicias y la misma vulgaridad, en muchos casos. En cambio, se van perdiendo esos rasgos específicos que daban una personalidad propia a muchos pueblos y ciudades. Desparecen los surcos y arrugas en la piel de muchos barrios que les daban una fisonomía y un carácter únicos. Y con ello desaparecen nuestras señas de identidad.

Ahora se lleva el lifting en todos los terrenos, la arquitectura de escaparate y el urbanismo de postal. Lo antiguo parece que no interesa y hay que borrarlo del mapa en aras de una supuesta modernidad. Con la excusa de grandes eventos sociales y deportivos se remodelan ciudades y puertos. Ocurrió en Barcelona con los Juegos Olímpicos del 92 y con el Forum 2004, en Valencia con la Copa América… Se quita de en medio todo lo que no queda bonito en las fotos, como ese pequeño astillero, esas casitas de pescadores o esas barcas dedicadas a la pesca artesanal, que ya no tienen futuro. Pero detrás de esos grandes planes urbanísticos se esconden suculentos negocios inmobiliarios. Y una vez allanado el terreno y limpio de inquilinos molestos, el negocio está servido.

Conocí el barrio de Pedregalejo de Málaga en septiembre de 2006, con motivo del “I Encuentro Marengo” de embarcaciones tradicionales, organizado por la Federación andaluza por la Cultura i el Patrimonio Marítimo, y me encantó. Allí volví a mi Serrallo de la infancia, a los chiringuitos de la Barceloneta, y desayuné pescadito frito acabado de pescar esa misma madrugada por una barca de jábega, a la manera tradicional, calando el arte a remo y luego recogiéndolo desde la playa. Conocí un mundo entrañable, popular y de dimensiones humanas, íntimamente unido al mar, que hundía sus raíces en esa playa desde tiempos muy lejanos. Un mundo ya perdido para mí. Pero en Pedregalejo encontré mi magdalena proustiana que me transportó de nuevo hasta él.

No sé, debe ser que me estoy haciendo mayor. Y, tal vez, al hacernos mayores, buscamos refugio en aquellos rincones de la memoria donde se esconden los más bellos recuerdos de nuestra niñez y juventud; recuerdos de unos días en que la vida nos sonreía y nosotros, en nuestra inocencia, la vivíamos felices y campantes, pensando que eso iba a durar siempre. Si la piqueta y las excavadoras acaban con los escenarios de nuestra memoria, sólo nos quedaran los recuerdos y esos también acabarán disolviéndose como lágrimas en la lluvia. No dejemos que nos quiten la memoria.

Laurus nobilis dijo...

A pressão urbanística é um dos maiores flagelos das nossas costas e das zonas ribeirinhas, o que em muitas situações implica a destruição da nossa identidade marítima e fluvial! Em Portugal, tirando as zonas protegidas, o caos está instalado devido sobretudo à negligência quer dos governos, quer das câmaras municipais face ao "dinheiro fácil" que se ganha com a construção!

Mar dijo...

Estimado Joan Sol, muchísimas gracias por el esmerado comentario, ya no sólo por lo bien escrito que está, sino por las reflexiones que nos haces.
A mí me ha parecido especialmente interesante, por aquello de que es un poco más personal, la última en la que nos dices eso de "pensando que eso iba a durar siempre". Nunca me imaginé que no volvería a ver sacar el copo de pesca en las playas de Málaga. Me encantaba acercarme a ver lo que se había pescado, y una vez se había separado el pescado, y vendido a los chiringuitos de la playa, los marineros me daban todo tipo de bichitos que quedaban en la red (pescaditos de colores, rayas pequeñas, pulpitos enanos, estrellas de mar) para que jugara con ellos en mi cubito. Creo que de ahí nació mi vocación por la biología marina. Para mí esa actividad era algo normal que iba a estar ahí siempre, y ahora me doy cuenta de que éstá desapareciendo.
Afortunadamente en Vigo y muchas otras ciudades y pueblos de Galicia la pesca tiene un papel económico muy importante, eso hace que podamos difrutar por ejemplo del puerto pesquero de El Berbés, ese casco histórico que se nos está cayendo a trozos, con su trajín de barcos, sus redes, sus nasas apiladas en el puerto... un poco más adelante la lonja, la Escuela Naútico-Pesquera (recuerdos a homesdepedra), luego los pesquros de altura frente a las empresas de congelados... todo este borde litoral huele a mar, a pescado fresco, y me gusta bajar la ventanilla del coche cuando pasó por allí, es tan identificativo de Vigo!!!
De los centros comerciales que te voy a contar... nos quieren transformar en máquinas de gastar dinero en nuestro tiempo libre, y sabes? yo tengo mejores cosas que hacer. El CC A Laxe en el puerto de Vigo se inagura el día 12 de febrero, qué casualidad, dos días antes del día de los enamorados... qué penosos nuestros políticos...
Bueno, pues un abrazo pesquero desde Vigo Joan

Mar dijo...

Pues sí Laurus, la presión urbanística es la lacra que está destrozando el litoral de todos, no se qué les hace creerse a los políticos que el litoral es suyo...
Cumprimentos desde Vigo

Patricio Gutiérrez dijo...

Pues tengo un blog sobre Pedregalejo que igual interesa (http://historiasdepedregalejo.blogspot.com/). Lo de Nreo, por cierto, no va bien. Un saludo. Patricio

Mar dijo...

Hola Patricio, bienvenido al blog de una malagueña adoptada por Galicia, como quien dice, no?
Me entristece que me digas que lo de Astlleros Nereo va mal, ya me enteraré en cuanto termine toda la resaca de la Xuntanza blogueira del pasado sábado, pero lo último que supe de ellos fue por Joan Sol y parecían buenas noticias... si sabes algo te agradezco la información.
Por cierto, qué buenos momentos me ha traido ver tu blog!!!
Ánimo con él que veo que hace poquito que empezaste ;-)