miércoles, 27 de abril de 2011

Cuatro en un solo día...

Estaba terminando de recoger el desayuno de mi hija mayor cuando escuché: "Mar está entrando un barco, anda coge la cámara y hazle una foto desde la terraza". Eran cerca de las 7:15 de la mañana y el Capitán Haddock lo había visto desde la ventana del baño mientras se lavaba los dientes. Así que subí y allí estaba el Celebrity Eclipse iluminado haciendo su entraba en Vigo.


Luego asocié ideas y recordé que había un día en el que iban a coincidir en el Puerto de Vigo 4 trasatlánticos. Busqué en la prensa por si ese día era hoy, y tate, era hoy!!! Así que la visita el puerto era casi obligada, pues era la primera vez que coincidía una cosa así, y yo no estaba dispuesta a perdérmela.
Ya dentro del CC A Laxe se olía, se reflejaba en sus escaparates, la magnitud del evento.


Salí a la terraza a verlos y allí estaban... GUAU!!! de repente era como si hubieran construído un montón de nuevos edificios en el puerto... En el muelle de trasatlánticos propiamente dicho estaban los dos primeros, los más grandes, el Celebrity Eclipse a la popa del MSC Orchestra.






El Celebrity Eclipse con una eslora de 317 metros, 2.754 pasajeros y 1.222 tripulantes, dejó, como por arte de magia, la estación marítima diminuta. 



Le seguía en tamaño el MSC Orchestra, con una eslora de 303 metros, 2.241 pasajeros y 915 tripulantes, que amarró la proa en los diques de alba que se construyen el año pasado.


En donde hacía un par de semanas había estado atracado el Kruzenshtern, muelle del comercio, ahora se alzaba el tercero de los colosos que reposaban hoy en el puerto de Vigo, el Ryndam, de 219 metros de eslora, 1.180 cruceristas y 585 tripulantes.


 



Y el más discreto, así como escondidito, asomaba su proa; el Boudicca, de 205 metros, transporta 848 pasajeros y 341 empleados. 


Total, que llegaron a Vigo cerca de 10.000 personas!!! Imagínense el trajín de gente de aquí y de allá, llenando las terrazas, los comercios de los alrededores, los curiosos del mar como yo con sus cámaras al hombro, grupos de música tradicional gallega amenizando la escala... 
Si últimamente el puerto tenía ambiente, hoy era un hervidero de actividad. Así que la Presidenta de la Autoridad Portuaria, Corina Porro, aprovechó para darse una vuelta por el puerto y presentar una guía del comercio de nuestra ciudad en inglés dirigida a los cruceristas.



Fue como una Tall Ships pero de trasatlánticos!!!


lunes, 25 de abril de 2011

Kruzenshtern

Desde muy lejos se veía venir por el canal sur de la Ría como un trasatlántico más. Luego, cuando se acercó un poco más, me pareció un carguero hasta los topes de contenedores blancos (qué raro, no?). Pero no fue hasta que bajó las velas que me di cuenta de que era un velero enorme!

Al final cuando ambos, velero y yo, llegamos a la altura del puerto de Canido lo identifiqué; casco negro, cuatro palos amarillos, velas cuadradas (lo que desde lejos me habían parecido contenedores blancos)… tenía que ser el Kruzenshtern. Pero… menuda sorpresa, no??? Y yo sin mi cámara, menos mal que pude utilizar la del móvil, que aunque deja bastante que desear, sirve para ilustrar lo que les cuento.



Como ya viene siendo costumbre en mí, a la tarde, cámara en mano, no pude resistir la tentación de bajar a Vigo a sacarle unas fotos. Desde A Laxe ya se veían los palos sobresalir por encima de los tejados de lo que antiguamente eran las naves de la fruta, restauradas y reconvertidas para acoger la nueva Estación Marítima de la Ría.



Lucía precioso en ese muelle, como quien dice, todo nuevo y todo limpio, con multitud de gente curiosa del mar que se acercó para verlo de cerca e incluso poder visitarlo.


“¡¡¡Hola!!!” le dije, “¡Qué sorpresa verte de nuevo por aquí!. No nos veíamos desde la Tall Ships del 2009, no?. Sigues igual de bonito, por ti no pasan los años, amigo”.





Me produzco una especial ternura ver que la tripulación que traía era jovencísima, chavalitos rubios, en su mayoría, de mejillas sonrosadas bajo gorritas blancas llenaron por unos días los alrededores del Puerto de Vigo.








Para aquellos que no conocen este precioso velero, les cuento que fue construido en 1926 bajo el nombre de Padua por los astilleros "Tecklenborg" de Bremerhaven, Alemania. En sus inicios fue un buque de carga de la "Flying P-Line", entre Sudamérica y Australia. Veinte años después fue cedido para ser integrado en la Flota Soviética. Actualmente es el buque escuela de la Armada de la Federación Rusa, y su nombre actual (en ruso: Барк «Крузенштерн») hace honor al Almirante Adam Johann von Krusenstern, primer ruso en circunnavegar la tierra.
Actualmente es el segundo velero tradicional más grande del mundo, después del Sedov. Una tripulación de 257 personas maniobran un buque con una eslora de 114.4 m y una manga de 14,02 m.




HASTA SIEMPRE!!!

viernes, 22 de abril de 2011

Reencuentro con el mar de Vigo


Reencuentro con el mar de Vigo, así es como ha llamado la Autoridad Portuaria a las actuaciones que han hecho posible que el Puerto de Vigo vuelva a ser de todos los vigueses. Con esto quiero decir que algo que algo me sorprendió mucho de esta ciudad, a la que han denominado en llamar “Puerta del Atlántico” (qué bien suena…), desde hace 15 años que vivo en ella, es que apenas era posible pasear por su puerto, cada vez más vetado a los ciudadanos, cada vez más vallas, más muros, y más limitaciones de acceso.
Teníamos un puerto estrictamente laboral, sin caer en la cuenta de que el puerto a una ciudad es mucho más que un lugar de trabajo.
No pongo en duda que económicamente su papel en la ciudad es indiscutible, necesario para el progreso económico de la misma. Pero no es menos cierto que el puerto constituye una parte importante de la esencia humana y cultural de esta ciudad.
El puerto de Vigo ha sido, es y será la puerta de entrada, y de salida, de muchas esperanzas, negocios, sueños,  corrientes culturales… y no se puede separar lo económico de los humano, tal y como han estado haciendo los políticos que han estado al mando del puerto durante muchos años. Habían convertido “nuestro puerto”, porque no olvidemos que es un lugar público, esto es, de todos, en un espacio únicamente de negocio, vetando cada vez más a la ciudadanía su uso y disfrute. Porque sí, porque un puerto se usa pero también se disfruta.





Se disfruta pudiendo pasear por sus dársenas cuidadas y acondicionadas para ello. Se disfruta pudiendo tomar un café mirando la Ría desde la Estación Marítima, testigo mudo del importante movimiento migratorio de la Galicia de los años 40, 50, 60… cuántas esperazas rumbo a América fueron despedidas desde esa terraza… No podemos dar la espalda, meter en el cajón del olvido, nuestra historia. Se hace necesario poder recorrer estos escenarios, tener acceso a ellos, para entender la Galicia que somos ahora, reencontrarnos con nuestras raíces, era necesario ese reencuentro con el mar.





Se disfruta caminando por sus espacios diáfanos de vallas y barreras innecesarias, mirando y conociendo lo que se escondía detrás de ellas. El espacio… que aligera edificios, las grandes moles graníticas que nos vendieron bajo el eslogan de “abrir Vigo al mar” (también suena estupendamente…).
Se disfruta viendo llegar los pesqueros al atardecer, observarlos cómo atracan y comienza la incesante descarga de sardinas, jureles, merluzas, pulpos, rapes, rapantes…se disfruta y se aprende. Se aprende a conocer qué especies viven en estas aguas.



Se disfruta teniendo distancias suficientes para poder hacer ejercicio junto al mar dentro de la ciudad, unos caminando, otros corriendo, o en bici… cada cual a su manera, porque cada uno disfruta el mar de una forma diferente.
Me siento satisfecha del resultado que veo cuando bajo a Vigo y visito el puerto. Me gusta ver a la gente de mi ciudad disfrutando de ese espacio que ha vuelto a ser de todos.
Desde aquí, sirva este post como homenaje y reconocimiento a quienes lo han hecho posible.